lunes, 18 de febrero de 2019



Variante 2 Narraciones extraordinarias del inspector Mejía. ¿Existe un crimen perfecto?
Mmm, no sé Santiago, que tal si vamos a las Narraciones extraordinarias del inspector Mejía, el titulo suena muy interesante, me recuerda algo, no sé. –Dice Alejandra-
-Está bien-, vamos dice Santiago, ambos suben a la Ruta 7, parece un trayecto sencillo, una línea recta es el camino más corto entre dos puntos. Pasan 20 minutos hasta que llegan al observatorio de criminalística de Cienago.

Al entrar, pasan por una revisión de objetos, algo estándar, nada fuera de lo cotidiano, les piden documentos de identidad, y ya está, pueden continuar, entran  a un pasillo donde se ven cámaras de vigilancia, y siguen las indicaciones, primero a la izquierda, luego al fondo y a la derecha, abren una puerta y se encuentran en un auditorio de 2 plantas, una especie de teatro con capacidad para 100 personas, según dice en la entrada, se ubican en las primeras filas para no distraerse.

Entra un hombre de mediana edad, cabello castaño, de barba, mirada sería , y sube al estrato, se presenta como el inspector Camilo Mejía y comienza su charla así
Les contaré sobre el principio de Locard “siempre que dos objetos entren en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto”, ustedes creen que existe un crimen perfecto, ¿Algo sin evidencias que rastrear? ¿O quizá el encargado no es tan audaz y eficaz como se esperaría?

Les contaré varios casos interesantes de asesinos en serie, quienes creían que no dejaban evidencia para el observador común, pero estimado público, en mi opinión no existe crimen perfecto, existen trabas burocráticas, corrupción e ineficacia del sistema, algunos me dirán que soy un tanto obsesivo con cosas del trabajo y he sacrificado parte de mi vida personal, no lo negaré, pero nada se compara con la satisfacción de un trabajo bien hecho, y un criminal llevado ante la justicia.

Les contaré uno de los primeros casos de asesinos seriales que tuve,  por razones obvias al sentido común no diré nombres, y solamente daré una breve descripción del caso, y como hice para atraparlo. SI desean más información pueden comprar mi libro, risas del detective Mejia… Dice un detective debe pensar en su retiro, en un sitio apartado, donde no pueda ser observado, sino observar, no ser cazado por algún cabo suelto en algún caso, ustedes me entienden.

Les contaré un caso que sucedió a mediados del 2010, empezaron a ocurrir un aumento en la tasa de mortalidad de 2 hospitales, al inicio se suponía que eran designios del azar, hoy es tu turno, fecha de caducidad expirada previamente, la mayoría de casos se trataba de pacientes que tenían expectativa de vida limitada, por alguna condición de base, algún problema del corazón, riñón, cáncer, pero aún eran conscientes y funcionales, hospitalizados por algún caso y de un momento a otro les llegaba el último suspiro, el personal no podía explicar que sucedía y lo justificaban ante la familia, con ya no está sufriendo más.

Recuerdo que estaba visitando al padre de un familiar, un día se encontraba estable y al otro día se había firmado su fecha de caducidad, le pregunte a los médicos si era posible algo así, me dijeron que en algunas ocasiones eran imprevistos de la existencia, pero siempre se notaban cosas antes, cambio en signos vitales o algo sugestivo de que algo estaría por suceder.

Lo que dijo el doctor llamo mi atención, por un momento pensé en que alguien nos lo había arrebatado, intente pensar en el sufrimiento del hombre que fue mi tutor y pensé que tal vez hubiera sido lo mejor para evitar sufrimiento a futuro, pero él tenía que decidirlo, o al menos desearlo, no que alguien adicional lo hubiera realizado. Me di a la tarea de hacerle seguimiento a los casos en mi tiempo libre, no como caso oficial, hasta tener algunos detalles adicionales.

Me di cuenta que las muertes siempre ocurrían los días martes o jueves, en una franja de horario de las 7 pm a 7 am, un turno laboral pensé, quienes se encuentran en esos horarios, médicos, enfermeras, auxiliares, laboratorio, cuidadores de familiares, vigilantes, muchos posibles candidatos, aún el misterio era borroso.

Hablo con un médico amigo y le conto de su sospecha, le dijo que él también había percibido lo mismo, era algo inusual algo así, un caso aislado tal vez, pero iban 14, algo no estaba bien, no es deber de nadie decidir sobre esto, no somos dioses, necesitamos límites. Camilo tienes que descubrir que pasa.

Esa noche recuerdo que busque cosas comunes que podrían ocasionar la muerte de un individuo de forma tranquila, para saber a qué me enfrentaba, después de una minuciosa revisión de la lista de medicamentos y los efectos, el mecanismo de los múltiples homicidios fue revelado ante mí.

Una mezcla de sustancias pensé, 2 a 3 mecanismos distintos, aplicados de forma intravenosa, algo común de lo que no se sospeche, discreto para que no pueda alarmar al personal del hospital, y fácil de esconder por la cotidianidad.
¿Será una mezcla de un analgésico e insulina? Me dije para mí mismo.

Al día siguiente, a primera hora fui a buscar a mi amigo médico en el hospital, me dijeron que era muy inusual que  no hubiera llegado, aunque lo habían visto enfermo el día anterior, y dijo que le iba a pedir a alguien que le pusiera unos líquidos y algo para el dolor.
Hable con su asistente y me dijo que lo había visto el día de ayer en el turno de la noche, pero suponía que ya estaría en casa descansando, Salí al parqueadero en busca de su carro, siempre he tenido la habilidad de sentir cuando algo no está bien, yo digo que es un don, pero para otros podría ser la suma de la experiencia y detectar patrones de comportamientos inusuales.

Encontré el carro en el parqueadero, su maleta no estaba adentro… Espero encontrarlo con vida, me dije a mi mismo, aunque ya sabía la respuesta.

Lo busque en distintas zonas del hospital sin éxito, alarme al personal de vigilancia sobre mi sospecha, y no actuaron de inmediato, pensaron que estaría en algún lugar del hospital con alguna mujer, siempre pasan este tipo de cosas en los hospitales.
Intranquilo por el día de la semana, viernes, me puse a investigar otras zonas del hospital en busca de mi amigo, y pensar quien podría estar y no estar, me refiero alguien que esté de planta pero si falta no sea culpable de omisión al trabajo, y conozca sobre medicamentos, un grupo de individuos vino a mi mente.

Algún cuidador que trabaja con varios pacientes, algún estudiante con delirios de salvador, algún médico, ¿Tantas probabilidades?

Eran las 2 de la tarde, cuando recibí una llamada, mi amigo había fallecido, parecía que era adicto al fentanil, le encontraron estigmas de haber usado recientemente jeringas, y un frasco de fentanil al lado. Pensé, Qué conveniente que en una ola de homicidios el médico que denuncié esto, fallezca. No fue suicidio, lo han asesinado. Di un suspiro y fui a casa.
A la semana siguiente use un vestuario distinto, entre con la historia de un conocido que sufría de una enfermedad terminal y exprese mí deseo de no querer continuar con el sufrimiento, ni desear un tratamiento salvo el cuidado del dolor, la enfermera me reconoció y me pregunto qué estaba haciendo, le conté mi sospecha, ella accedió a ser mi cómplice, ella había sido importante en la vida de mi amigo, y estaba profundamente afligida por su muerte.

Como procedimiento de la institución los días martes y jueves, a los pacientes en “mis condiciones” se les llevaba a un grupo para hablar con otros pacientes y cuidadores a las 6 p.m. sabía que allí lo encontraría, estaba seguro. Pero ¿Cuál  de todos estos rostros afligidos por una historia de vida, sería el culpable? Y de encontrarlo, ¿Tendría culpa, o se sentiría como un salvador?

Conté el relato acorde a mi historia clínica, me sentí miserable al mentir en algo tan profundo, luego se acercaron otros compañeros de lucha a darme ánimos, me llamo la atención una mujer joven, me miraba con cierta complicidad, como si fuera a decirme algo a la salida. Acabamos el protocolo, y me quede al final en el salón, esperando a que según las ordenanzas de la continuidad lineal pasara lo que tendría que pasar.

Y así sucedió esa noche, paso lo que tenía que pasar, y se acercó ella, me dijo que tenía una condición grave, y no quería ser una carga para la familia, y mientras pudiera decidir elegiría esa salida a sufrir, era algo radical, todo o nada, sin puntos medios.

Me dijo que el jueves pasado la había contactado un hombre joven, y le había propuesto lo impensable, una salida, ella aceptó, y estaban a punto de realizarlo cuando llego un médico y saludo al joven, quien lo saludo cordialmente, como si fuera conocido.Y luego salieron ambos, él menciono que había olvidado algo en el cuarto y el médico le dijo que se veían en la cafetería de siempre a las 8 p.m. para cenar.

Me dijo que no lo había visto bien, casi no veía solo cosas muy llamativas como la maleta roja, y que si yo deseaba, ella le diría a él en su encuentro final, que lo estaba buscando yo, sin nombres, sin datos, él sabría cómo encontrarme.
Me dije para mí mismo. Mi amigo lo conocía, confiaba en él, y le contó de nuestra investigación, él joven lo canalizo y lo asesino por miedo a quedar expuesto, ¿Será que mi amigo era cómplice o solo conto el dato equivocado a quien no debía?
Esa noche en el hospital estaba intranquilo, sabía que me estaban buscando para darme misericordia, pero no sabía quién y tenía solo datos vagos, una maleta roja y una probable conexión con mi amigo, nada de esto ayudaría a ponerle a nuestro homicida un rostro en ese momento, necesitaba algo más.

No estaba seguro si mi amigo, le había dicho sobre la investigación y mi nombre al hombre joven de la maleta roja, pensé si habían datos sobre mí en internet, busque rápido, borre el historial de búsqueda y me tranquilice un poco, no existían registros oficiales míos hasta ese año, era como un fantasma, luego de este caso me convertí en un personaje público.
A veces, la fortuna suerte aparece, a veces es buena o mala, pero sigue siente suerte, al día siguiente en el almuerzo en la servilleta me llego una nota pequeña impresa, que decía “sé lo que sientes, se lo que todos sienten, los percibo, siento la tristeza de todos, yo la aceptó y la transformo en algo más, sublimo la culpa, y mi regalo es un mundo sin sufrimiento”.

En ese momento supe que nuestro asesino se creía alguna especie de salvador, de liberador del sufrimiento, su causa podría ser algo noble para liberar a la gente del sufrimiento, pero a fin de cuentas era homicidio.

El inspector Mejia, se excusa un momento, apaga el micrófono y contesta al celular, toma un sorbo de agua, y dice: “ inspector Marboro, está seguro, que Vega es el responsable, sin tener algo claro no podemos ir tras él, ni siquiera presionarlo porque escapará, y hará algo para inculparnos a los 2 como prometió y lo sabes, sabes muy bien que tiene los recursos y medios para quedar inocente y que nosotros paguemos por sus actos así, que no hagas nada, hasta tener algo sólido.

Santi, Santi, ¿Esta brutal esta narración, no te parece? –Dice Alejandra.
Totalmente de acuerdo, te imaginas ¿Cómo podrían haber sido las otras cosas? Si hubiéramos ido a los otros lugares, nos estaríamos perdiendo de todo esto.
-Tienes razón amor-Dice Santiago, es más, recuerdas lo que decía el mensaje de la galleta de la fortuna.

-¿Cuál de las dos, dice Alejandra?- : “El instante es la continuidad del tiempo” o  “ Cada ser tiene que aprovechar sus oportunidades, nadie puede estar en 2 lugares al mismo tiempo”,
-Ambas-Dice Santiago, me llama mucho la atención esto, la continuidad del tiempo, y  nadie puede estar en 2 lugares a la vez, sería posible si se pudiera romper el tiempo, te imaginas amor, que en lugar de venir aquí hubiéramos ido a cualquiera de las otros 3 planes, ¿Alguien podría tener claridad para saber que pasa en decisiones alternas?
Amor, una pregunta, no recuerdas del día del café, en los recortes si los nombres eran Mejia y Marboro, -Dice Santiago-

Si lo eran- Responde Alejandra- ¿Qué demonios está pasando?

El inspector Mejia, prende el micrófono,se disculpa por la interrupción,  seguro de que nadie escucho la conversación telefónica y continua su narración.

Esa noche no dormí, me encontraba a la espera de él, pensé que  iba a aparecer en cualquier momento, y no fue así. Una noche sin visitas, baje la guardia y fui vencido por Morfeo.

El día viernes, Carmen me informo que habían fallecido 2 pacientes sin causa aparente en la noche anterior, pensé esta noche vendrá a visitarme por primera vez.
Eran las 2 a.m. un hombre joven, entra a la habitación, han movido al paciente de al lado de habitación, me encuentro solo y él lo sabe, allí está el punto para capturarlo el hace  2 visitas, la primera la promesa, y la segunda la ejecución, me pregunto ¿Si alguien amenaza con denunciarlo? , ¿Realizara ambas cosas en la misma visita?

-Te estaba esperando-Dice Mejía, ella me ha dicho que puedes ayudarme es cierto.
-Así es-Yo puedo liberarte del plano terrenal.

-¿Dolera? – Pregunta Mejía, luego aclara, soy profesor de farmacia, conozco algo de medicamentos, mientras tose de forma profunda y fingida.
-Para nada, hermano mío, te daré una mezcla de varias cosas, estarás dormido soñando mientras sucede todo.

-¿Qué usaras, tengo curiosidad? –Dice Mejia

-Usaré fentanil, insulina, y ketamina- Creeme, no sentirás nada, te irás quedando dormido hasta despertar del otro lado, en un mundo mejor.

-Está bien –Parece que sabes lo que haces dice Mejía, me siento  más tranquilo, una última pregunta, ¿Cuándo será?

-El día de mañana, por ti haré una excepción a mi regla, martes y jueves.-Dice él, me han dicho que eres único en tu clase y que él vendrá por ti para acompañarte a pasar el rio del inframundo.

-¿La regla, a  que se debe la regla?- Pregunta Mejía interesado.
El joven responde, el día martes, Dios se llevó a mi padre a descansar, el día jueves el volvió, acompañado de un angel con alas largas, y ojos rojos y me pidió que ayudara a descansar a los que igual que él estaban cansados y Vivian en sufrimiento. Él me ayuda a hablar con los oprimidos y me muestra sus mas profundos deseos.
Ellos me dicen que a pesar de tu enfermedad, algo que aún no han descubierto los médicos, tienes una voluntad inquebrantable por vivir, así que lo preguntaré solo una vez, ¿Quién eres realmente y a qué juegas?.

-Le dije-Soy alguien que quiere vivir.
Suspiro y me dijo, tu voluntad es fuerte, pero lo vi en tu mano el otro día. Tienes los días contados, bien sea por mi ayuda, por tu enfermedad o por alguien que conocerás en unos años, no llegarás a viejo.

Sentí en ese momento como un escalofrió recorría  mi cuerpo, iniciaba en el cuello y terminaba en la espalda, una opresión en el pecho, deseos de vomitar, me levante de la camilla para vomitar e hice lo impensable, saque el arma de dotación y lo deje inconsciente, active la alarma de código azul de la habitación (para llamar al personal de salud, cuando el corazón y los pulmonares no responden) y llego el personal, algo molesto por la llamada en falso, al ver que yo la había activado, y finalmente confesé quien era yo, y por qué estaba allí, pedí disculpas, y llame a los compañeros de la estación, y les di la grabación de voz, donde confesaba sus crímenes y el modus operandi, fue llevado a una sala de inimputable, o individuos con alguna condición mental que requiere seguimiento y fue detenido en un hospital psiquiátrico.

Siempre me ha perturbado lo que dijo ese hombre ese día, he escuchado varias veces su premonición, me extrajeron un riñón al encontrar algo malo en él, pero aún escucho su voz, diciendo que no llegaré a viejo. Se ríe, dice  a veces me gustaría estar nuevamente y preguntarle que quería decir pero, él ya no está, a la semana de ser capturado falleció sin explicación alguna, y dejo una nota para mí.” Te estaré esperando a la vuelta de la esquina”, para ser yo quien te presente al otro lado del rio, te lo prometí.

-Estuvo genial amor-Dice Santiago, ya es hora de irnos, vamos a comer algo rápido y nos vamos. vamos en Taxi, te dejo en casa y yo continuo, quedo tranquilo así.

-Santiago, Santiago- No te preocupes yo puedo cuidarme sola, pero está bien lo aceptaré.
Santiago y Alejandra salen del observatorio de criminalística,  toman un frapucchino, comen en un restaurante italiano y se van a casa, Santiago llega a su casa con algo de dolor de cabeza, un poco trasnochado por el café de ayer, y cae en cuenta que tomo café en la noche; otra noche sin dormir, vaya suerte.

Se repite el ritual son las 12, la 1am, las 2 am, las 3am cuando finalmente lo visita Morfeo, Morfeo, MRE, REM…Santiago se encuentra dormido profundamente.
Su respiración se acelera por un momento, siente y escucha palpitar a su corazón, quiere pararse y tratar de defenderse de aquello que lo viene persiguiendo desde el plácido mundo de los sueños, pero no lo logra, siente que algo se acerca, cada vez más y más, trata de escapar, pero no lo logra, ya está, acaba de suceder.
Hemos sido atrapados le dice una sombra en su sueño, siente una sensación muy extraña, un frio que inicia en el cuello y termina en la parte inferior de la espalda, siente un ligero empujón, y despierta.

Por un momento usted piensa que  con la transición entre el sueño y la vigilia ha logrado escapar de las garras de aquello que lo perseguía en sueños, trata de cambiar de posición en la cama para continuar con las horas de sueño que faltan, pero no puede moverse, trata de pedir ayuda con su voz, gritando, pero no se escucha nada, solo puede mover los ojos.
Empieza a sentirse algo angustiado, y el miedo va creciendo cada segundo más, siente una presión extraña sobre el pecho, algo que le impide respirar adecuadamente, y su miedo sigue creciendo cada vez más, aquello que está en la misma habitación observándolo, puede sentir su miedo.

Mira a la puerta de la habitación, y allí finalmente se revelan los mismos ojos rojos intensos que vio el hombre de la maleta roja, han visto a Santiago y él los ha visto también, intenta gritar y levantarse no lo logra, recuerda algo que leyó en internet  e intenta mover la punta de los dedos de las manos y pies, respira profundamente y trata de mover el cuello, a medida que va recuperando el movimiento de su cuerpo el ente se va desvaneciendo, antes de desaparecer completamente le dice a Santiago Shhh, y los ojos de fuego, se desvanecen en cenizas.
Respira profundo, y recuerda una frase, “Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti.”

- NietzscheMás allá del bien y del mal,1886

Santiago intenta volver a dormir, sin previamente haber cambiado de posición, grande error, pasan 3 minutos, escucha la alarma, piensa ya son las 6 a.m. es hora de despertar, mira un reloj que tiene en la pared, son las 3:03 a.m. no se puede mover, ve unos ojos rojos al fondo de la pared acercándose.

 Continuar en página  XX, punto de convergencia.






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